martes, 4 de octubre de 2011

No hay dos sin tres

Mientras dormia placidamente, se fue.
Sin dejar rastro, sin pista, veloz y silencioso como el viento cruzo la habitacion y se sento en la mesa del comedor... Estaba amaneciendo y el lo podia ver por el gran ventanal de la casa.
Habian peleado, la almohada estaba mojada. Ella abrazada a su osito. El, enojado, en cuero sentado en una silla.
Pensaba, se sentia mal de tanto pensar, era la culpa en parte.
La culpa? de que? de confiar? de desconfiar? de que?
Ella tenia pesadillas. Porque...
Le dijo eso que la atormentaria en el resto de sus dias. En quien era que pensaba? Ni el lo sabe..

CONTINUARA

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