Tiempo y vida.
No nos alcanza, ni el tiempo ni la vida.
Tantas cosas y deseos. Tanta falta de voluntad.
Tantos sueños rotos, por temor a romperlos.
Tantos sueños olvidados por la rutina, aburrida.
Invierno tras invierno, siempre lo mismo... empeorando
Naciendo, creciendo, muriendo.
Recorriendo en reversa. Arrugándose.
Volando, tal vez, a veces. Cuando hay tiempo. Cuando nos detenemos, ¿Cuando nos detenemos?
Cuando nos damos cuenta que ya estamos perdidos, viejos, dementes.
Cuando vemos algo inusual en lo cotidiano, cuando te ves volar.
A veces lo único que quieres hacer es encerrarte y llorar. Tal vez gritar un poco, pero luego piensas... ¿Para que? Si no va a servir.
Te acuestas, con esperanza a que el día siguiente sea un día mejor, pero siempre es igual.
Nada inusual, todo cotidiano, normal, gris... ¿Soleado?
Vas quedando solo, como cuando estabas en ese lugar oscuro y humedo. Solo. Solo vos y tu mente.
Llena de tantas cosas y deseos.
Tantos sueños rotos, por temor a romperlos.
Tantos sueños olvidados por la rutina, aburrida.
Otro invierno, otra cosa inusual. Se libre. Muere.